El Bloqueo

Lección de Vida

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Todos los escritores llegamos a un punto en nuestras vidas en que nos bloqueamos. Lejos de ser sólo la molestia más grande del mundo, es aquello que nos consagra como verdadores artistas. Este maldito hecho es el que nos une, escribamos, pintemos, toquemos, actuemos. Sea cual sea nuestra actividad, si realmente nos vemos compenetrados en ella, tendremos uno.
¿Pero qué es un bloqueo en sí?
En mi caso, es el estado de no poder producir nada que me resulte mínimamente aceptable, durante el cual me la paso escuchando música depresiva de James Blunt, Lily Allen, ABBA, Serrat, Evanescence, también algo un poco más enérgico y dinámico de Ranarim(folclore sueco) y Laurent Voulzy, en fin, música a la que llamamos "de calidad". Poco sirve de remedio, pues sólo lo aumenta, frustrando cada vez más, comenzando a producir un sentimiento de angustia y depresión.
Sí, en efecto, el sufrir uno de estos bloqueos marca tu destino como artista, pero sólo lo serás si logras superarlo, si consigues decirte a tí mismo: "Puedo hacerlo, puedo conseguir lo que me propongo, no soy un fracaso". Claro está que esta frase no se dibuja en la mente anunciando el fin de este estado, sino que lo hace una manifestación de nuestra pura y siempre triunfante imaginación. Letras que se unen formando palabras, que dan lugar a oraciones o versos; imágenes que piden a gritos ser dibujadas y pintadas; una danza que cree merecerse bailarse; una melodía que exige ser compuesta; una acción que reclama su ejecución.
Hay quienes dicen que hace falta talento para triunfar, pero yo digo que lo que se necesita es decisión. La decisión de no resignarnos ante el primer tropiezo. La decisión de que no por mucho caer dejaremos de levantarnos. Puedo afirmarlo porque es ésta la única forma en que logramos superar los bloqueos, tal como acabo de hacer yo mismo, escribiendo esta entrada.